Pensar por ti mismo
No significa no oír a nadie, sino no aceptar ideal o hábito alguno sin analizar su razonamiento, coherencia y consecuencias con el resto de tus ideas ya aceptadas.
Por supuesto, si aceptas esa "nueva" idea, luego de contrastarla con las anteriores, deberás volver a organizar tu criterio y hábitos al rededor de ella y, en casos extremos, cambiar de dirección, religión, nacionalidad y/o amigos. Si lo haces vivirás una mentira.
Un individuo maduro, no esta libre de prejuicios o sesgos mentales, tampoco libre de cometer errores, pero, a pesar de esto, demuestra tener criterios razonados, consistencia en sus hábitos de vida y, por supuesto, humildad para aceptar errores y corregirlos.
Vivir en base a tus valores
Un amante de la libertad tiene 9 hábitos que sintetizan las mejores prácticas relativas a difundir, defender y celebrar la libertad de todos, y exhiben valores como el Respeto y la Reciprocidad, Tolerancia y Honradez, Sinceridad y Compromiso, y Humildad y Responsabilidad.
Por supuesto, ninguno de dichos hábitos contiene "saber o buscar la verdad", dado que es relativa, suele haber más de una y si la "mayoría" o la "autoridad" no coinciden suele llevar a que te quiten tu libertad o peor.
...Siempre y Cuando...
Para vivir en libertad y emplear el libre albedrío existen dos condiciones sine qua non: Respeto con Reciprocidad y Responsabilidad con Honradez.
Esta condición nos separa del libertinaje, es decir, libertad sin un marco de valores que eliminen la fricción entre individuos persiguiendo distintos propósitos y acrediten derechos y deberes a quien competa.
No interfieras con otros haciendo lo mismo
Es equivalente a aplicar la "Regla de Oro": Haz a otros lo que quisieras que te hagan a ti e igualmente, el principio andino de "Ama Quella": no interferir o parar la acción propia o de terceros.
Sin duda, el Respeto, Tolerancia y Reciprocidad de esta condición es difícil de practicar. Y más aún, no solo respetar, sino celebrar y defender la libertad del otro con quien no concuerdas y que invertirías tu vida entera para neutralizar.
Como lo dice Milton Friedman, el hecho que no estamos seguros de que tenemos 100% razón, hace que no podamos imponer nuestro criterio a otros, incluso, si tenemos el poder para hacerlo.
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Uno debe conocer y aceptar sus destrezas y deficiencias para no temerle al efecto que tendrá el admitir lo que ya sabe, sus logros y fallas. El practicar la humildad nos vacuna contra la hipocresía.
Milton Friedman creo la definición (ver 1:20 min.)