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Practico, DifundoDefiendo y Celebro

Hábitos

  •  

de quien ama la libertad

 
  • · Mi criterio intencional, mi vida con propósito
  • 1  · Actúo por convicción, no cohesión o coerción
  • 2 · Defiendo y celebro la libertad de otros que no comparto
  • 3 · No restrinjo o condiciono a otros, si ellos tampoco
  • 4 · No traslado mis errores a terceros ni asumo los de otros
  • 5 · Respeto el estado de derecho y la igualdad ante la ley
  • 6 · Creo al individuo en su óptimo potencial solo cuando libre
  • 7 · Acepto el colectivismo solo cuando voluntario
  • 8 · Doy ejemplo de buen uso de la libertad
  •  Mi criterio intencional, mi vida con propósito

  • Cómo puedo decir que soy libre, si no tomo el control de mi vida, adaptando experiencias y aprendizajes, propios y de terceros, para formar mi criterio. No soy más que un esclavo, si solo respondo a las ideas, ejemplos u órdenes de otros.

  • Cada cual debe procurarse un propósito, objetivo, misión o como le llame. Algo que le ofrezca dirección y sentido a sus decisiones. Esto permite que toda ilusión, iniciativa o también, tentación e impulsividad tenga una ruta premeditada, deliberada y consciente. Solo así puedo yo auténticamente tomar posesión de los resultados y consecuencias de mis decisiones.

  • De otra forma, soy un oportunista o conformista, ambos valoran la casualidad y coyuntura, pero el uno provecha lo que "cree" mejor en ese momento y el otro ve su vida como irremediable y acepta lo que fuera. Ninguno de esos dos individuos puede llegar a ser un ciudadano integro y asumir su responsabilidad sin pensarse suertudo si el resultado es bueno y si es malo hecha la culpa a terceros. Algo demasiado, y tristemente, común en latinoamérica.

Nelson Mandela visita su celda en 1994

1

 
  •  Actúo por convicción, no cohesión o coerción

  • Si no he cumplido con el 1er hábito, probablemente soy forzado a decir, decidir o hacer cosas por presión de grupo o temor de represión. Esto puede ser consciente o inconscientemente.

  • Convicción implica que no solo creo en algo, sino que estoy dispuesto a aplicarlo y/o conseguirlo permanentemente y no darme por vencido. No es solo una ligera opinión, sino una idea razonada de múltiples ángulos y que ha sobrevivido, probablemente, debates y discusiones.

  • Por otro lado, si ya estoy convencido de un objetivo, ruta e hitos, actuare por convicción una y otra vez, asegurándome de mantener algún tipo de control sobre los resultados de mis decisiones.

2

 
  •  Defiendo y celebro la libertad de otros que no comparto

  • Antes de nada, no podemos cumplir con este hábito si primero no acordamos a nunca humillar, menospreciar y ser indiferentes a ese individuo con quien no coincidimos en sus valores y peor aún sus actos.

  • Si tenemos el hábito de burlarnos, subestimar o, simplemente, ser indolente o apático, lo último que se cruzará por nuestra mente cuando veamos alguien viviendo, diciendo o haciendo algo que no nos gusta, será en defenderlo y, peor aún, celebrarlo.

  • Empatía es crítica. Si nos creemos más y mejores que el otro, empatía es imposible. Quien ama la libertad, en especial, la de terceros, uno de sus razonamientos es que lo hace por que no está seguro de tener la razón. Si se pensará portador y protector de la verdad y razón (similitud con ciertos políticos, burócratas, empresarios o sacerdotes no es coincidencia), la libertad sería lo último que pensará.

  • Por ejemplo, el 1ro de Mayo, Día Internacional del Trabajo (wikipedia). Si bien fue instituido por movimientos anarquistas y comunistas para celebrar a los trabajadores, sus derechos y sus luchas, hoy en día es también simplemente la celebración del trabajo, de quienes lo hacen y de quienes lo crean. Es decir, todos. Todos deberíamos participar en defensa y celebración de algo tan fundamental, en especial, si son los comunistas los que lo patrocinan.

3

 
  •  No restrinjo o condiciono a otros, si ellos tampoco

  • Reciprocidad, reciprocidad y reciprocidad....

  • Libertad no significa "cada uno para cada cual" y "sálvese quien pueda". Es evidente que mis planes y actos tarde o temprano chocarán con los de otras personas en búsqueda de sus propios, pero que son contrarios a los míos por labor o ideología. En dicho evento, solo queda respetar la propiedad privada, el principio de no agresión y, por supuesto, la ley y los derechos civiles de cada uno, todos ellos aplicados de igual manera y con la misma eficacia a ambos.  Esa es la reciprocidad que buscamos quienes amamos la Libertad: tu respetas mis derechos, yo los tuyos y la justicia los de ambos.

  • Por tanto, no restringimos o condicionamos la Libertad de alguien en base a lo que uno cree que debe o no hacer o pensar, sino sobre la base de su propio respeto de nuestra Libertad, que es la misma suya. 

  • De hecho, debemos defender y celebrar la Libertad, justamente y en especial, de aquellos que no coinciden y comparten nuestro criterio y hábitos, y, si hacemos eso, demandar igual reciprocidad con la misma defensa y celebración a nuestra Libertad.